lunes, septiembre 25, 2006

Homenaje a Pi

¡Liniers dibujó un chiste en el La Nación de hoy en homenaje a la Arq. Pi!

sábado, agosto 26, 2006

Día 22 (¡Último día!)

Ante todo aclaro que soy conciente de que el post anterior, sobre el día 20 y 21, está horriblemente redactado y que cuando digo "el martes..." tal cosa y "el 21..." tal otra me refiero siempre AL MISMO DÍA, que cayó martes, claro. Y del lunes -el 20- creo que no hablé, o si hablé fue demasiado poco. ¡Pero eso ya no imporrrrrta! Porque la obra acabóse hace raaato ya, y yo recién ahora me digno a publicar las maravillosas fotos del festejo. Pero antes, mis ya clásicas viñetas:

  • El último día llegó como el amor, ¡sin avisar! A Martín se le ocurrió que terminaban (después confesó que al día siguiente tenía otro trabajo previsto) y así le dieron con tutti al rellenito rojo de la junta de dilatación que no quería agarrar por la humedad del ambiente, que estaba bastante asesina como de costumbre, hasta las once de la noche. Sí, señora, señor, ¡hasta las once de la noche!
  • Pero lo sobrellevamos amenamente, incluso Pi que -¡pobre!- todavía sufría por la patada al hígado que le dió un mural que había visto el día anterior. Pero a fuerza de la insistencia de Doña Nadja y del hambre y la sed de vino que nos vino a todos, el gaucho urbano se arremangó -aunque en la foto no se note- y se puso manos a la olla.

El Gaucho Urbano y su olla de chorizos grasientos

  • Quiero que tú, lector casual, que estás en tu casa, leyendo y perdiendo el tiempo aquí, cierres por un instante tus ojitos (pero terminá de leer, salame) y te imagines el maravilloso aroma que salía de esa olla donde flotaban y/o buceaban alternadamente (en realidad no sé, porque mucho no miré... las ganas de vomitar me lo impedían) unos cuantos chorizos. ¡Guácale!
  • Claro que después los metimos en la parrillita del horno. Pero parece que el procedimiento vomitivo de hervirlos era necesario por la cantidad de grasa que trae el chorizo.
  • Ya está, abrí los ojos ahora. Ya pasó. Destapáte la nariz.
  • ¡Ah! Y no hicimos los choripanes en la parrillita en la terraza porque nos pareció que iba a ser demasiado lío y demoraríamos demasiado tiempo ¡y además hacía un frrrrrrrrío!
  • El chimichurri del gaucho urbano se pasóóó... Aplaudimos y todo. Pero la cocina quedó hecha un lío, cuando encuentre un señor que cocine rico y deje todo prolijo, no sé que hago pero por lo menos me voy a asombrar. (El chino de canal Gourmet es así, recontra prolijo y limpio... Uno de mis ex que en total son 1 y 2/3 (o sea, 1 ex, 1/3 de otro ex y 1/3 de otro) era prolijo, pero cocinaba ravioles del Eki que sabían peor que el olor de los chorizos (¡ehh... pa' tanto no!)
  • Eso es todo, no voy a agregar más porque nomedalagana.
  • Vino vá, vino viene, obviamente nos entretuvinos... ¡...vimos! Y si no me creés, mirá las fotos.

¡Los Pulidores también vinieron!

Los auténticos Pi y Margall

Completamente... Pi, I y Margall

De izq. a der.: Pi, I, Margall, Agust y Mart Ín.

  • ¡Graciaaaaaaaaas!
  • FIN.

Epílogo de color:

¡Y no publiqué foto de la terraza terminada!

¡Ja! ¡Ja! ¡Qué cabeza de papafrita!

Bueno... ¡proximamente!

jueves, agosto 10, 2006

Día 20 y 21

  • ¡Volvió Agustín! Dice que anduvo enfermo toda la semana. El martes llegó y pidió rápido una cucharita, para comerse su yogur antes de que llegara Martín. ¿Por qué? le pregunté. Porque Martín no quiere que coma yogur... ¿Cómo que no? lo interrumpí. Y no, porque quiere que no haga nada, que llegue y me ponga a trabajar... ¡Eh, bueno! ¡Pero un yogur! le dije yo. La verdad que este Martín está medio loco, es un obrero workaholic.
  • El 21 además vino la dueña de casa, con lo cual este blog se volvió completamente inútil, y ésa es la razón por la cual tardé tanto en volver a publicar. De todas formas sigo escribiendo, porque a pesar de todo es un impulso que me supera, es decir, una necesidad... ¡la de ver este blog terminado!. Como la terraza.
  • La dueña de casa demoróse como 24 horas para ir a chusmear cómo va quedando allá arriba... ¡Humpf! :( La perdonamos sólo porque después del supergranizo que les dejó celulitis a los autos porteños, el tiempo en Buenos Aires si bien "amejoró", como dice Martín, también nos azotó con un frío polar que nos tuvo a todos tiritando. La verdad es que subir a la terraza era un suplicio.
  • Suplicio o no, Martín y Agustín se la pasaron allá arriba y Martín tan workaholic que se quedó como hasta las 8 o 9 de la noche. Por supuesto que Agustín muy inteligentemente ya se las había tomado en su horario habitual de las seis y diez.
  • El martes nos divertimos toda la tarde con Pi y además recibimos la visita de mis recientes huéspedes, Los Pulidores. Éstos se habían quedado aquí en el Marianita´s Hotel domingo y lunes y dicen que el servicio es * * * * * (cinco cucarachas) a pesar de que yo lo había calificado sólo con cuatro. No se pudieron quejar, tuvieron run sérvis, desayuno con alquiler gratis de exprimidora de naranjas en caso de querer hacerse un jugo (quisieron), sacotinos a los cuatro quesos con crema riquita con jamón y ciboulette de la huerta del hotel para la cena y servicio despertador a cargo de Lulú.

lunes, julio 31, 2006

Días 16, 17, 18 y 19

  • Rarísimo día el 16. Se supo en todo el mundo que cayeron verdaderos y congelados soretes de punta en Buenos Aires. (¡Qué ordinaria!) Cada bocha de granizo llegó a medir como 5 cm. de diámetro o más, y los autos se rompieron y tal. Para más info, porque yo no pienso seguir contando esto, ver por ejemplo: http://www.clarin.com/diario/2006/07/27/laciudad/h-04415.htm o la infinidad de blogs que hablan sobre el tema.
  • En la terraza, sin embargo, todo tranquilo. Martín se había ido unas dos o tres horas antes de que empezara la tormenta, y dejó todo tapado, etc. (Ando sin ganas de escribir, ¿se nota?)
  • Acá va una foto para nada representativa porque no se ve grande el granizo como en realidad fue.

  • El 17 y 18 se siguió avanzando, a pesar de las lloviznas dispersas y lo nublado del día.
  • El 19 era sábado pero Martín trabajó igual como 12 horas. Se fue como a las 9 de la noche. Una barbaridá. Encima anda medio enfermo, pero no quiere descansar.

martes, julio 25, 2006

Días 14 y 15

  • Vino sólo Martín.
  • Ayer, lunes, parecía que iba a llover pero luego salió el sol.
  • Hoy estaba nubladísimo desde la mañana pero recién llovizna ahora, siete y pico de la tarde.
  • Avanza, avanza. Fotos no hubo tiempo, cabeza, disponibilidad, ganas.

La nota de color (oscuro, muuuy oscuro):

El latín en las cucuias. 10 días de estudio no es suficiente, lo digo por experiencia... No sé, si me presento es de puro suicida, o de estúpida, o de las dos cosas... Falta que me tiña el pelo y soy una suicide blonde.

Vinieron de Edesur de nuevo y dijeron que hay que cambiar todos los cables de las cajitas A, B, C, D, E y F. O sea, todas. Porque son de tela y ya no se usan más. Seguro que los de tela son mejores, supongo, pero bueno, es así: siempre hay que cambiar para peor. Parece que estoy resignada ante el espíritu porteño... Pero también hay que ver el vaso medio lleno: no hay que pagar nada, dicen. Todo a cuenta y orden de Edesur. Lo que sí, las tapitas de metal y vidrio vuelan, van a poner unas de plástico "reglamentarias".

Nada más.

Mariana omni melior est et omnia vincibit, carajus merda!

sábado, julio 22, 2006

Día 13

  • Al grano. Ahí van las fotos de hoy (de ayer, en realidad):


  • Del otro lado también te muestro, aunque la foto haya salido medio oscura:

  • ¿Viste? ¡Supimpa!
  • Lo de la Ínterna sigue como siempre. Cuando llegó Martín a la mañana me dijo de entrada: "¿Y Agustín? ¿No vino, no?" Es que estaba anunciado lluvias y como la vez anterior había faltado... Pero, uff, ¡menos mal que Agustín no lo escuchó! (creo...) Ya estaba hacía un rato esperando arriba. "¡Qué ganas de quedarme durmiendo hoy! -había dicho Agustín- pero bueno, hasta que llegue Martín tengo tiempo de dormir una horita..." y se rió.
  • Quedó muy sentido, supongo, con lo del tema de la llave. "No puede ser -decía- él es el que me trae a trabajar y después me deja solo... Es un tonto, porque si yo me mando una él también tiene un poco la culpa porque él me trajo a trabajar, ¿entendés? Nooo, con Martín es medio peligroso... Parece buenito él, ¿viste?, cuando lo mirás... Pero nooo... Eso no se hace, no está bien... Encima me decía "vos la perdiste, vos la perdiste" y yo me quería matar, ¡qué la voy a perder yo! Noo..."

La nota de color

El caos de irala no es sólo puertas adentro, sino que se extiende a toda la calle, sobre todo hoy, sobre todo entre Pi y Lcomayo y Pimargal.

Hoy, sábado, un precioso día fresquito y soleado, hubo bardo acá enfrente de nuevo, en el edificio de la esquina de Pi y Lcomayo. Parece que se agarraron a trompadas dos pibes... Bah, parece ser que uno le pegó al otro con un bate de béisbol. Escuché que alguien dijo "mirá cómo le abrió la cabeza" pero lo cierto es que yo sólo vi a un pibe lastimado en la pierna y en la mano, el de la cabeza no lo vi nunca, ni sé si existió. Las chicas, amigas y hermanas de los pibes, todavía los mantenían separados empujándolos en direcciones opuestas y diciendo "basta, por favor, por favor te lo pido, basta". Lo verdaderamente increíble fue la madre del chico bateado -en adelante "El Bateado"- que salió a cagarse a puteadas con el padre del chico bateador -en adelante "El Bateador". Y le decía:

-¡Calláte, hijo de puta, que tu hijo lo viene a buscar al mío! ¡Tu hijo vende droga, pelotudo!

-¡Qué decís! ¡Dáte cuenta y hacé algo, pelotuda, ¿no ves que tu hijo es un drogadicto, pelotuda?!

-¿Qué? ¿Qué te pasa hijo de puta? ¡Tu hijo lo viene a buscar a mi casa, tu hijo es un drogadicto de mierda!

-Tu hijo es el que vende droga, es un traficante...

-¿Qué, qué? ¡Pero vení para acá hijo de puta! ¡hijo de puta! -y ahí la tuvieron que agarrar porque se le iba encima al tipo con el bate en la mano.

El padre aprovechó que la habían inmovilizado entre dos o tres para despacharse con toda libertad contra ella. Ella hervía y, al estar agarrada de los brazos, levantaba las patitas de la bronca... como pataleando. Al rato bajó la mujer del tipo y empezó a putearla también y le decía "pedazo de pelotuda..." no se qué, y otra vez "pedazo de pelotuda..." y así. En eso saltó la hija, la hermana de El Bateado, en contra de la mujer, es decir, de la madre de El Bateador, y en defensa de su propia madre - y la del Bateado, se entiende... Ahí tuvieron que salir cinco a agarrarlas a las dos. Y a todo esto llegó un patrullero y luego otro y otro. Más adelante vino la ambulancia del SAME, pero no me pude fijar si metieron a alguien adentro, me dio la sensación de que no. Al final, como sucede siempre que pasan estas cosas, los canas se quedaron tomando declaración del Bateador y del Bateado y de todos los batetestigos atrás del arbolito de enfrente, con lo cual nunca puedo ver ni escuchar nada y termino entrando en casa otra vez a seguir con mi música y mi latín. No sé por qué siempre se tienen que poner a declarar atrás del arbolito...

jueves, julio 20, 2006

Día 12

  • Un día raro hoy. Pasaron algunas cosas que no estaban previstas. Por ejemplo, hizo 26°C y un día espléndido. ¡Y eso que habían pronosticado lluvias! El otro ejemplo es que Martín llegó antes que Agustín... ¡por primera vez! Todas las veces anteriores llegó pasadas las nueve y media, cuando Agustín aparecía incluso a las nueve menos veinte. Una vez Martín tocó timbre como a las diez y media y me dijo "¡No sabés... se pinchó la rueda del tren!"
  • Cuando le abrí a Agustín le comenté la nueva y me contestó "¡uh, hoy llueve! ¿Qué pasó, Martín, vino antes el coletivo?" "Y no..." retrucó el otro desde la terraza, "...quería ver a qué hora llegabas vos."
  • Hoy también vino material y el cansado Agustín pasó todo el día (pero todo - todo) cargando solito estas bolsas de cal y arena.

  • Esa foto, y la siguiente, la saqué mientras -yo- descansaba de las desinencias latinas en el balcón con Lulú, que se entretiene mucho mirando muy atenta los pajaritos que se posan en los árboles...

  • Fue por ella, que lo seguía con exactitud con la mirada, que descubrí este otro posado arriba mío:

  • ¿Se ve el gorrioncito, no...? (Bueno, es la caquita ésa en el medio de la foto) Y estaba en eso cuando escucho que me dicen de abajo "Eh, ¿le sacás una foto al pajarito?" Era Agustín que tomaba aire antes de cargarse al hombro la siguiente bolsa. En ese momento me dije "ahora o nunca". Apunté, decí güisqui y ¡click!. Lo que es la tecnología, ¿no? dijo Agustín. Acá tenés tu foto, mami:

  • Y para no hacer diferencias, subí a la terraza y saqué la de Martín:

  • La Ínterna sigue a full. Ahora Agustín ya no lo espera a Martín para irse. ¡Chau, Martín, me vooooyy! y se va a las seis y diez a más tardar. (¡Martín se cuelga hasta las siete de la tarde muchas veces!) Y la verdad es que lamento no meterme en el baño para escuchar sus conversaciones en la terraza (jejejejjejejje) porque algunas supongo que son de lo más divertidas.
  • Por hoy nada más. La terraza está quedando... mmmmm... ¡Supimpa!